En los siguientes apartados se abordan los problemas que pueden generarse en relación con estos, los síntomas, cómo diagnosticarlos y cuáles son las posibles soluciones.
Por regla general, los problemas que pueden sufrir los rodamientos tienen que ver con el desgaste que soportan los mismos. Estas dificultades pueden derivar en contratiempos posteriores aún más graves, como el desgaste del eje y de las zonas conectadas.
Estos problemas, en última instancia, pueden implicar el reemplazo de ambas piezas. Algo que trae consigo un gran desembolso, si se compara con lo que supone un simple cambio de rodamientos.
Los problemas del auto que tienen que ver con los rodamientos son relativamente fáciles de detectar. Normalmente, el primero de sus síntomas es un ruido que se produce en el sector de las ruedas cuando se acelera. Dicho sonido suele enmascararse cuando el automóvil llega a cierta velocidad, alrededor de los 50 kilómetros por hora.
Este molesto ruido indica que existe una fricción mayor a la habitual en la zona del eje y en el contacto de este con las piezas circundantes. El ruido del desgaste de los rodamientos es equivalente al ruido que hace un metal al rozar con otro, por lo que es fácil identificarlo.
En este caso, los rodamientos defectuosos arañan el armazón que los contiene y el cubo de la rueda que hay alrededor de ellos. Si el problema está localizado en los cubos de las ruedas delanteras, dicho ruido se incrementará o cambiará de tono al girar el volante, volviéndose más agudo.
Otra anomalía característica es una dirección tambaleante o un desgaste no equilibrado en los neumáticos. Ambos síntomas indican que el rodamiento de algunas de las ruedas está en mal estado, lo que podría ser realmente grave.
La causa más habitual, cuando se habla de daño en los rodamientos, es el ingreso de humedad y suciedad en el cubo de la rueda. Esto se debe a la presencia de sellos gastados o rotos, lo que produce el deterioro de los mismos.
Otra causa bastante común en los rodamientos del cubo de las ruedas son los impactos. Cuando la llanta o el neumático golpean con fuerza algún objeto o impactan muy fuerte contra el pavimento, los rodamientos pueden dañarse.
Algunas otras situaciones que pueden producir el desgaste de estas partes son las siguientes:
• Ruedas desbalanceadas.
• Componentes de la suspensión rotos o gastados.
• Ruedas de alto rendimiento y bajo perfil.
Por lo general, todos estos daños a largo plazo provocan otros agravios asociados. Entre estos destacan los deterioros en las rótulas, los puntales, los tirantes y otros componentes del chasis o la suspensión.
Si el ruido antes mencionado ha estado sonando por demasiado tiempo, puede significar que el cubo del rodamiento está dañado. Además, en ese caso, al sacar el rodamiento, este tendrá signos de arañazos o daños visuales.También es posible que se vea accidentado o deformado.
La principal forma de atajar este problema es acudir a un taller profesional que cuente con un mecánico preparado. Estos profesionales con algunas simples pruebas pueden detectar rodamientos en mal estado.
Al escuchar atentamente los cubos de la rueda mientras se conduce el auto conduciendo a 30 o 40 kilómetros por hora se puede detectar de qué rueda proviene el ruido, si es que lo hay. En estos casos, si el rodamiento problemático puede limitarse a un solo eje es posible ahorrar tiempo. Si no, esta prueba deberá repetirse para cada una de las ruedas.
En este punto, es probable que el mecánico eleve el automóvil y quite el neumático y la llanta. Acto seguido, sacudirá el cubo con sus manos en la parte superior e inferior. Si este se mueve de un lado para el otro, lo más probable es que el rodamiento de dicho cubo esté en mal estado. Si eso ocurre, hay que tener en cuenta que los rodamientos son piezas muy fáciles de sustituir: la gran mayoría de los automóviles utiliza rodamientos a presión. Si se tienen las herramientas necesarias, el mismo dueño del auto puede llevar a cabo este reemplazo luego de comprar los repuestos pertinentes para ello.
No obstante, insertar los rodamientos metidos a presión (que son los más comunes hoy en día) requiere de una prensa hidráulica. Como estas unidades que vienen lubricadas y selladas, no pueden montarse con temperatura. Bajo ninguna circunstancia debe ser montados a golpes.
Finalmente, las averías en el cubo de la rueda suelen tener causas externas ajenas al propio cubo. Arreglar estas averías suele ser un procedimiento bastante sencillo. Por el contrario, realizar un correcto diagnóstico es a menudo una tarea complicada y que lleva bastante tiempo.
Por lo general, los rodamientos suelen durar toda la vida útil de un automóvil, aunque se recomienda cambiarlos a partir de los 150 000 kilómetros. Hallar los repuestos y comprarlos es una tarea relativamente sencilla, pero hay que delegar a un mecánico experto en el tema para que sea él quien ejecute las pruebas pertinentes y lleve a cabo el cambio.
Ahora que se han expuesto gran parte de los problemas relacionados con los rodamientos y las causas de sus problemas, es importante tener presente esta información para estar atento a sus señales. Cuidar el automóvil y mantenerlo en buen estado implica también controlar el estado de los rodamientos.